lunes, 2 de noviembre de 2015

Fuego inextinguible




Harun Farocki en "Fuego inextinguible” (Nicht löschbares Feuer, 1969):

“Si les mostramos fotos de daños causados por el napalm cerrarán los ojos. Primero cerrarán los ojos a las fotos; luego cerrarán los ojos a la memoria; luego cerrarán los ojos a los hechos; luego cerrarán los ojos a las relaciones que hay entre los hechos. Si les mostramos una persona con quemaduras de napalm, heriremos sus sentimientos. Si herimos sus sentimientos, se sentirán como si hubiéramos probado el napalm sobre ustedes, a su costa. Sólo podemos darles una débil demostración de cómo funciona el napalm.”

[Después de esto Farocki baja la mirada, coge un cigarrillo encendido que hay fuera de cuadro y lo apaga sobre su antebrazo. Una voz en off pronuncia la famosa frase: "Un cigarrillo arde a 400 grados. El napalm arde a 3.000 grados"]

“Si los espectadores no quieren tener responsabilidad alguna frente a los efectos del napalm –dice la voz en off-, ¿qué responsabilidad podrían asumir respecto a las explicaciones sobre su uso?”

[Cámbiese “napalm” por “genocidio”, “invasión militar”, “expolio”, "saqueo financiero", o lo que se prefiera, y el sentido es el mismo]

“¿Así que no quieren asumir ninguna responsabilidad? -escribe Didi-Huberman en Cómo abrir los ojos-. Entonces también es un problema de saber/conocimiento (knowledge; connaissance), de ignorancia/desconocimiento (acknowledgement; méconnaissance). Pero ¿cómo impartir conocimiento en alguien que se niega a conocer? ¿Cómo abrir los ojos? ¿Cómo desarmar las defensas, las protecciones, los estereotipos, la mala voluntad, las políticas de avestruz de quien no quiere saber? Es con esta pregunta siempre en mente que Farocki considera el problema de toda su película. Es con esta pregunta en mente que su mirada vuelve a la lente de la cámara.”


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