La cortina
cubre y descubre sucesivamente, por una serie de movimientos no previsibles, el
paisaje de fondo como en una suerte de versión magritteana. El juego del
velamiento, la seducción y la pornografía, el advenir-ser de los objetos en su
baile continuo de máscaras, todo ello acontece en una encrucijada pueril e
intrascendente, en un cerramiento especular y escópico de perspectivas. El velo se levanta para mostrar un instante lo que no se ve, o lo que sólo alcanza a ser
entrevisto, y de inmediato vuelve a dejarte con la sensación de haber
atisbado algo allá afuera. Algo ¿qué? Algo que, intuyes, tampoco revela mucho
en realidad. Tan sólo el movimiento lánguido, indiferente, azaroso, de ese
pedazo de tela translúcida que reitera la sola cadencia de su presencia
inanimada. Es el erotismo de una realidad banal, finalmente, en la que no
importa tanto lo mirado, sino el propio deseo que anima al mirador y a lo mirado.
jueves, 29 de septiembre de 2016
Cortinas
Etiquetas:
Federico Fernández Giordano,
Michael Snow,
SATURNALES,
Solar Breath
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Come on you raver, you seer of visions
Publicar un comentario